Si sigues a Jesús eres necesariamente “pescador de hombres” (ver Mc 1, 17).
No pierdas de vista esta misión tan alta.
Ayuda a Jesús a ganar nuevas almas con la oración, con el testimonio de tu vida cristiana en medio de un mundo no creyente, con la palabra si se presenta la ocasión. El don gratuito de la fe del cual te beneficias te obliga a conquistar almas inmortales. Dedicándote a ello agradas a Jesús.
Acuérdate de la desgarradora queja en la cruz: “tengo sed” (Jn 19, 28).
Sed de agua y sed de almas. Tú puedes ayudar a calmar esta sed.
Qué bonito es poder ayudar así al Señor.
HIMNO A SAN RAFAEL ARCANGEL
Divino guía, Rafael,
recibe con bondad el himno
que cantan nuestras súplicas,
que te consagran nuestras voces jubilosas.
Dirige nuestro camino a la salvación,
afirma nuestros pasos;
que no erremos jamás a la aventura
lejos del camino al Cielo.
Míranos desde lo Alto;
de la destellante Luz del Cielo,
que proviene del Padre de las Luces,
llena nuestras almas.
Devuelve la salud a los enfermos, disipa la noche de los ciegos; expulsando los males del cuerpo devuelve el vigor a los corazones.
Asistente del soberano Juez,
defiende la causa de nuestros crímenes,
y aplaca la cólera vengadora;
Fiel Intercesor ante la Divinidad.
Tú que has proseguido el gran combate,
confunde al orgulloso enemigo;
danos la fuerza contra los espíritus rebeldes,
aumenta en nosotros la Gracias.
Gloria a Dios Padre,
y a su Hijo único con el Espíritu Paráclito,
ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.
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