Cuando comulgas comes el “pan
vivo que ha bajado del cielo” (Jn 6, 51). Por este divino alimento accedes a la
“vida eterna”. Por él permaneces en Cristo y él permanece en ti. La comunión te
permite alcanzar la cumbre de la vida de la iglesia. Piensa y medita en esto, y
participa, siempre que te sea posible, cada día, en la Eucaristía. Que
sea para ti algo importante, una inmersión en la felicidad, como lo es para mí
que estoy a tu lado.
el Amor de Dios me envuelve,
el Poder de Dios me protege,
la Presencia de Dios vela por mí,
dondequiera que yo estoy,
Dios está conmigo.
La Luz de Dios me rodea,
el Amor de Dios me envuelve,
el Poder de Dios me protege,
la Presencia de Dios vela por mí,
dondequiera que yo estoy,
Dios está conmigo.
La Luz de Dios me rodea,
el Amor de Dios me envuelve,
el Poder de Dios me protege,
la Presencia de Dios vela por mí,
dondequiera que yo estoy,
Dios está conmigo.
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