Cúbreme con tus alas, ángel mío.
Cuídame en esta vida que es muy corta,
aunque muy trabajosa su carrera.
Y en ella necesito de tu ayuda para salir airoso en la tarea.
Y, cuando Dios venga a juzgarme,
en la última tarde de mi historia,
recíbeme entre tus brazos muy alegre,
porque quiero vivir contigo eternamente.
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