Dice tu Ángel hoy:
Como el humo del incienso sube
hacia la bóveda de la catedral, la oración sube hasta el cielo.
Cuanto más
ardiente de fe y de amor sea el incienso de la oración, mas altas se elevaran
sus volutas perfumadas, ya que están impregnadas de la alegría del alma.
El
Señor pondera la oración: rechaza la oración mecánica hecha con los labios;
está encantado cuando brota una alabanza o un grito del corazón. Pon todo tu
amor en la oración del corazón:
Si vieras a Dios en un solo instante, tu
oración seria siempre la del corazón.
Cuando rezas así, rezamos los dos según
nuestros corazones y según el de Dios.
AL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel santo de la guarda, compañero
de mi vida,
tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día.
Aunque espíritu invisible, se que te
hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me
defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y
oro.
Ángel de Dios, que yo escuche tu
mensaje y que lo siga,
que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo
envía.
Testigo de lo invisible, presencia
del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia, gracias por tu
compañía.
En presencia de los Ángeles, suba al
cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Amén.
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